viernes, 23 de septiembre de 2011

Capitulo 14: La vida no ha sido nada facil...


--- ¡Cinco meses te das cuenta de eso! Ni siquiera Edith sabe esto, ni siquiera Martin y ni hablemos de Gustavo y quieres que te cuente todo con solo cinco meses de que regresaste ¿?
--Claro
   Ya estábamos en la ciudad, enfrente de un parque enorme que había pasado muchas veces por ahí pero nunca a sentarme en el así que esta oportunidad era perfecta. Ya eran las tres se la mañana lo que significaba que estaba totalmente vacío ese parque. Nos sentamos en la parte trasera—lo que vendría siendo la cajuela espaciosa de mi camioneta en miniatura—estirando las piernas y manteniendo distancia mientras yo seguía diciendo las mil y un razones por la cual no quería contarle mi pasado.
--Es muy larga
--Tenemos toda la noche
--Es dolorosa, creo…al menos triste
--Si quiero ser psicólogo tengo que acostumbrarme
--Me traerá malos recuerdos
--Si nunca se lo has contado a nadie es hora de que lo hagas, mantener tantos sentimientos y recuerdos puede llegar a afectarte.
--Es raro porque quiero decirte pero a la vez no.
   Me puso cara de: ¿Qué?
--Te repito, nunca le he mencionado nada a nadie de esto. Las únicas personas que lo saben fueron porque lo vivieron conmigo y esas personas no están aquí.
--- ¿En donde entonces?
--Esta dentro de la historia—asentí nerviosa.
--Cuando quieras pero si decides no hacerlo puedo esperar aun más.
   Me sonrió, me estaba aplicando psicología inversa. Es bueno.
--Okey… aquí vamos a contarte mi vida desde que te fuiste…10 años es mucho—trate esquivar el tema.
--Si, me fui por mucho tiempo pero sé lo que tramas.
   Maldición
--Empezó desde antes que te fueras pero yo no le tomaba importancia. Digo, todos los padres lo hacen a esa edad y no era tan fuerte así que se me pasaba a las horas, no problema.
   Inhale profundo. Cerré los ojos y sacudí la cabeza.
--Yo… soy, bueno fui pero—hablaba entrecortadamente.
   Sebastián me agarro la mano, apretándola.
--Mis padres, bueno mi papa solo tres veces mi mama siempre…
--- ¿Te hacían algo malo?
   Mire al techo… 10 años guardando esto, tal vez más. No era tan fácil como supuse.
--Me… yo era—carraspee—me golpeaban.
   Hubo un minuto de silencio. Yo mirando los arboles atreves de las ventanas y el mirando mi rostro.
--- ¿Mucho?
--No todas mis cicatrices son del baile. La verdad es que casi ninguna.
   Baje la mirada.
--- ¿Lo siguen haciendo?
--No
--- ¿También golpeaban a tu hermana? 
--No la tocaban si no era para mimarla. Nunca entendí ese favoritismo de parte de mi mama, bueno mi papa nunca estaba en la casa por eso cuando me revelaba contra mi mama le daba la razón a esta y a mí no me creía. El me defendió solo dos veces lo recuerdo perfectamente.
--Eso es bueno, ¿no?
--A mi me defendió dos veces… a Lorena como treinta. Hace mucho tiempo que entendí que mis padres simplemente no me quieran. No me engañaba, no me mentía. Entendía perfectamente a esa edad el típico dicho de “la verdad duele”.  Le caigo mal a mi propia hermana y no es de típico: “odio a mi hermana” de una adolecente caprichosa. De verdad llegue a creer que ella provocaba ciertas cosas para que mi madre me golpeara. Me sentía excluida en mi propia casa.
   Otro minuto de silencio. En mi cabeza volvía a tener ocho años, pequeña y demasiado inocente para mi gusto. Llegaba de la escuela y le ocultaba un reporte a mi mama porque me tarde de más en el baño y la maestra pensó otra cosa… algo demasiado estúpido porque a esa edad ni pensaba en chicos o en chismes. No quería llegar pero sabía que si llegaba tarde mi ira peor, regaño por el reporte y regaño por ser impuntual.
   Ese día, lo que recuerdo mi mama sirvió mi peor comida, esa típica comida que todos tenemos y que con solo verla nos dan ganas de vomitar. Estaba a punto de decirle que antes me enterraba muerta que hacer pasar eso por mi garganta pero el puto reporte me detuvo y con todo el asco de mundo me trague esa porquería.
   Termina de hace mi tarea a tiempo y al momento de sacar lo inevitable. Con una mano temblorosa y una cara de perrito se lo mostré. Tratando de justificarme lo firmo y no sé por qué no suspire de alivio. No me golpeo esa vez, pero eso solo significaba que me haría algo peor y si fue algo peor; me dejo dos días sin comer. Solo me atragantaba en la escuela pero eran puros fritos y guardaba para en la casa. Las maestras me decían que me veía demasiado flaca para mi edad ya que no solo me lo hizo una vez.
--Lo siento
--No importa, fue hace mucho.
-- ¿Y no tenias algún otro familiar? No se una tía, algo.
   Reí entre dientes.
--Mi tía Carmen. La única hermana de mi mama. La adoraba y a su hijo que es mi primo Alberto, a ella la considere verdaderamente como una madre, me trataba bien, me consentía, cumplía mis caprichos y Alberto era como el hermano perfecto, me daba consejos, jugábamos hacíamos muchas cosas juntos. Amaba ir a esa casa y solo anhelaba vivir con ellos, su casa estaba a 10 minutos de la mía junto con mi abuela. La familia que yo consideraba realmente mi familia. Nunca conocí a la familia de mi padre ya que no me llevaban a esas reuniones, mi mama me dejaba en casa de mi tía Carmen y a mí no me molestaba, todo lo contrario; adoraba los días de reunión en casa de mi padre ya que significaba pijamada con la tía Carmen.
   “Pero hubo un día en que decidieron dejarme encerrada. No sé si era un castigo pero de pronto solo supe que estaba sola en la casa. Estaba verdaderamente feliz pero se hizo de noche y bueno pues… tenía 9 años solo sabía hacerme un  cereal y pizza en tres minutos y wow ¿adivina qué? No había pizza en ese momento así que lo fue hice fue salirme por la ventana y caminar a casa de mi tía. Todo iba bien. Mi tía me pregunto que si mis papas tenían la reunión de todo mes y le conteste que sí. Al fin y al cabo no estaba mintiendo pero cuando ya estaba dormida en el cuarto con mi primo  cuando escuche gritos”
   Guarde un momento de silencio. Conteniendo no se que, solo sé que volví a sentir ese vacío que sentía hace años pero en ese momento me di cuenta que en realidad nunca se fue; solo me estuve engañando a mí misma. Sebastián me agarro la mano y me sonrió, me hizo sentir en casa.
   “Mi mama estaba histérica, gritando que donde me encontraba. Por un segundo me sentí contenta porque eso significaba que se preocupaba por mí. No fue así. En realidad era que habían traído unos amigos a la casa y que más de una vez dijeron que “la más pequeña se quedo en casa” y la vergüenza que pasaron al entender que yo no estaba ahí.  Me querían arrancar la cabeza así que lo que hice fue esconderme debajo de la cama—reí bajito—lo que siempre hacia cuando se enojaba. Alberto que solo 5 años mayor que yo entendía la situación porque ellos estaban enterados de lo mal que me trataban; punto y aparte que mis heridas a veces no las podía ocultar. A ellos no les podía mentir.
   “Mi tía trato de tranquilizarla y convencerla que me quedara con ella solo esta noche mientras ella se controlaba. Solo la hizo enfurecerse más—suspire—esa noche no pude dormir del dolor y el llanto. Cuando me golpeaba acostumbraba a dormir en el suelo con mi almohada y mi sabana pero ese día ni dormir pude.
--- ¿Esa fue la mayor golpiza que te dieron?—susurro.
--No. La peor que me han dado me la dio mi papa.
-- ¿Quieres contarme?—seguía susurrando.
   Solo asentí pues no encontraba mi voz.
--Mas de una vez me preguntaste porque me llevaba tan mal con Samanta y la verdad es que ni yo lo sé. Después de esto llegue a odiarla.
   Estaba a punto de interrumpirme y supongo y me iba a preguntar que tenía que ver Samanta en todo esto. Lo detuve con la mano y no hablo.
--Todos los sábados era fiesta con carne asada en la casa de ellos y desde el primer momento en que nos vimos parece que no le caí bien y me hacia la vida imposible. Sergio me defendía mucho y creo que eso la hacía odiarme más. Lorena solo empeoraba las cosas.
   “Samanta siempre me inventaba chismes y me molestaba como no tienes idea. Me criticaba porque me gustaba más pasar tiempo con Sergio y bueno, a esa edad de 6 años que una niña jugara con un niño a los videojuegos era demasiado raro. Por suerte nunca me atrajo jugar a las muñecas y de todas formas nunca me regalaron una y Samanta ni Lorena me dejaban siquiera acercarme a una de las suyas—suspire—las razones por las que mi papa me llego a levantar la mano fue gracias a ella. Inventaba que la molestaba que robaba sus cosas y mi papa me castigaba en la casa quitándome cosas pero un día ella se paso completamente y—trague saliva—mi papa ni siquiera espero a que nos fuéramos.
   Baje la cabeza y por primera vez en dos años quería llorar pero no podía. Cerré los ojos y sé que él me dio mi espacio. En mi cabeza empecé a revivir cada minuto y parecía que otra vez me estaba dando de puñetazos y patadas.
   Me mordí el labio y me lleve las manos a la cabeza y las clave en mi pelo, lo mismo que había echo el día en que Alex y Sergio se pelearon y lo mimo que he hecho cada vez que lo escucho pelear a ellos y ella me quiere culpar a mi por eso.
--Me llevo a la casa y al momento en que entramos me agarro de los cabellos y me llevo literalmente arrastrando por las escaleras y me llevo a su habitación. Sabía que iba a gritar así que me puso una calceta en la boca y empezó a cachetearme diciéndome que me callara porque los vecinos escucharían todo. Yo no podía parar, dolía demasiado y empezó a patearme hasta que supongo y su delicado pie le dolió y saco su cinto. Comenzó a susurrarme que no tengo que meterme con la hija de su amigo y que no tenía que hacerle pasar esas vergüenzas. Mi espalda ya estaba quemándome por tantas veces que el cinto pasaba en el mismo lugar entonces empezó a darme con el mismo cinto en los muslos. Mi mama marco preguntándole donde estaba y solo entre esos segundos donde paro pude sentir la sangre saliendo de mi espala y caderas—cerré los ojos de nuevo, sintiendo el nudo en la garganta, pero tenía que seguir, sentía la necesidad de seguir y contarle  a alguien lo que ni siquiera a mi misma me había dicho—me dio una última patada en el estomago donde me saco todo el aire.
 “—Te quedaras aquí, no le hables a nadie y ni se te ocurra irte con Carmen que te ira peor”
--Casi creo solo le falto escupirme… me dejo tirada en el suelo y se dio cuenta de la sangre obvio; estaba tirada en un charco de ella. Cuando escuche la puerta cerrarse y el coche marcharse me quite el calcetín de la boca y trate de levantarme pero no podía. Mis piernas dolían y mis muslos estaban cortados. Mis manos y brazos estaban comenzando a doler y lo único que se me ocurrió hacer fue quitarme la ropa y darme un baño. Estaba cubierta de rojo y eso me hacía sentir asqueada de mi misma.
  “El agua dolía demasiado cuando tocaba mi piel más mi espalda. Así que desde un espejo me vi con otro espejo en el centro del baño y la espalda la tenia peor que los muslos. No sabía qué hacer, ya había parado de sangrar pero de verdad tenia cortadas muy largas y las sentía tan profundas.  Por primera vez le tuve miedo a mi padre entonces por ese mismo sentimiento no le hable a nadie ni hice nada solamente me senté en un rincón a llorar. No paraba de llorar, solo lloraba y lloraba… y lloraba”
--- ¿Qué edad tenias en ese momento?
--Diez y creo que fue ese fue el momento en que dije “ya basta” me puse ropa limpia, me seque las lagrimas y solo salí de la casa. Era la primera vez que me salía sola desde que me fuga con la tía Carmen. Necesitaba estar fuera de ahí, necesitaba pensar.
--- ¿Qué paso después?
--Nada, regrese antes de que ellos lo hicieran primero, limpie la sangre y lave mi ropa manchada y me hice la dormida hasta que de verdad lo estuve. No fui hasta una semana después a la escuela porque los golpes eran muy notorios. En el brazo y en mi mano tenia uno moretón demasiado grande porque el cinto me llego a dar varias veces en ese lugar. Tenía uno cerca de mi labio—bufe—por eso cuando Alex me golpeo por accidente en el ojo no me dolió tanto o al menos no hice tanto escándalo; los golpes son algo muy normal en mi vida.
 Suspire.
--Siempre me preguntaste porque tengo una pésima relación con mi familia, bueno ¿eso responde a tu pregunta?
--Se podría decir que si pero… lo siento.
   Le sonreí  a medias.
--No tienes nada porque disculparte.
--Siento no haber estado hay.
--Tampoco eso es culpa tuya.
--No puedo evitar sentirla. Pero no puedo pensar en algo peor que eso.
   Reí amargamente.
--Un mes después—seguí hablando, haciendo que Sebastián me sonriera por la ironía—un mes después me paso lo peor que me pudo haber pasado en mi infancia, si es que se le puede llamar así.
   “Mi tía era viuda, mi tío murió antes de que yo naciera y Alberto estaba demasiado pequeño para recordarlo. Vivian bien, hablando económicamente y su casa no era tan grande a la de nosotros pero yo siempre he admirado a mi tía en ese sentido. Tenía una casa hermosa, pequeña pero con un gusto excelente y lo poco que tenia lo cuidaban, en cambio mi mama prefiero conseguirse un muy buen marido con dinero claro y que los lujos llegaran a ella. Mi papa gana muy bien la verdad y creo que eso es suficiente para Sara. Es asqueroso”
   “Entonces cuando le llego una oferta de trabajo desde estados unidos ni siquiera lo medio pensó. Pero no la culpo; el trabajo era excelente y ganaría lo doble pero en dólares entonces sería como el triple que ganaba hay y por mientras que arreglaba papeles para la estadía en el otro lado la empresa le daría un departamento. Era una oportunidad que no se presentaba dos veces… me lo dijeron cuando la decisión ya estaba tomada. Mi tía me confesó que la única razón por la que lo pensó de verdad fue por mí. Sin ellos yo me quedaría completamente sola, no tenía a nadie más que mi tía mi primo y mi abuela”
   “La noticia me arranco el corazón. Ya no habría nadie que me consintiera que me abrazara, quien me diera consejos de lucha—reí—y me contara historias mientras me curaba las heridas que me dejaban mis padres. El día que se fueron ha sido uno de los peores de mi vida. Estaba en su casa rogándoles que me llevaran con ellos…
“—Tía, por favor no me dejen aquí, por favor. Ellos me querrán matar y yo no los puedo detener”
“—Yo no puedo tomar esa decisión caro, entiéndelo”
“—Habla con Sara, por favor”
“—No va a querer”
   Le puse mi cara de perrito.
“— ¿Podrías al menos intentarlo por mi?”
   Suspiro.
“—Lo intentare caro pero si dice que no yo no podre hacer nada.”
    Me acompaño hasta mi casa donde me senté en la sala a su lado y con mis padres en otra.
“—me voy hoy en la noche y todavía Caro tiene unas muy buenas 9 horas para hacer su maleta e irse conmigo. Ya te lo había mencionado Sara, deja que la niña se venga conmigo. Estará mejor y les consta.”
   Hay me di cuenta que mi tía ya había hablado con mi mama de esto.
“—Lo siento Carmen, pero ella se queda—dijo mi padre. Mi mama tenía la cara en blanco. Eso me dio esperanza”
“—Mama—le dije a duras penas, no me gustaba llamarla de ese modo—así no te causaría problemas y ya no tendrás que castigarme”
“—Tu padre ya dijo que no”
   Fue ahí en donde ya no pude más y estalle.
“— ¿¡Para que quieres que me quede!?¿¡Para que me sigas golpeando junto con Ignacio!? ¡Déjame irme con la gente que si me quiere y no me golpea o me maltrata o me prefiere sobre otras hijas! ¡Púdranse!”  
--Que valor—susurro Sebastián.
--La primera vez que les grite para ser exactos y vaya que me costo.
--¿Otra golpiza?
--La historia de mi vida. No me dejaron despedirme bien de ellos y no me dejaron salir y mi mama me dejo sin comer por tres días. Caí en depresión—me costó decir eso—en una algo profunda y para eso ya tenía 11 años.
   “No salí aun y cuando sabia que el castigo ya no valía, mi vida social en la escuela era una mierda, mis calificaciones bajaron, adelgace aun mas. Era un asco, de verdad lo era y estuve hace unos meses. Hasta que, como el mismo día en que mi papa me golpeo me salí de la casa directo hacia ningún lado, solo salir porque esa casa me enfermaba más de lo que ya estaba. Y eso ha sido lo más inteligente que he hecho hasta ahorita.”
   Le sonreí de oreja a oreja.
--Supongo que aquí viene la parte buena.
--Si, en mitad de depresión apareció como un ángel que de verdad sin el no se a donde hubiera parado porque me sentía mal todos los días y aunque luchaba por sentirme bien por sonreír con ganas todo lo malo que me pasaba venia a mi cabeza como imanes y las cosas positivas morían porque no tenían esa fuerza porque no habían cosas positivas en mi vida realmente.
   “Al salirme me subí a un transporte público, luego a otro, luego a otro. Camine y camine hasta que llegue a un barrio feo sucio y nada bonito. Aunque era maltratada casi no se notaba a simple vista, todo lo contrario mi madre siempre me arreglaba bien para que eso no se diera a notar entonces cuando entre a ese lugar todos se me quedaron viendo como si fuera una mosca de dos cabezas”
   “Luego unos marihuanos me vieron de lejos y empezaron a chiflarme y gritarme que me acercara a ellos. Yo me asuste demasiado, obviamente y empecé a caminar lo más rápido que pude en la dirección contraria pero no sabía a donde iba, solo corría pero ellos caminaban más rápido que yo y quería llorar pero no me lo permitía y la voz no me salía para gritar. Me sentí en peligro, verdadero peligro y no se comparaba con mis padres. Cuando estaba a punto de darme un ataque de pánico llego un joven de unos 25 años y los espanto, no sé cómo porque estaba más asustada que nada pero los medio golpeo y los corrió y yo quería llorar pero a la vez me lo prohibía porque me lo había prohibido después de que mi papa me golpeo tan fuerte; nunca más llorar y menos por ellos. 
  “— ¿Estás bien? ¿No te hicieron nada?”—me hablo el joven.
  Yo solo asentí. Me estaba abrazando a mí misma.
  “— ¿Quieres un abrazo?”—bromeo conmigo.
   Negué con la cabeza
  “— ¿Eres muda?”—me pregunto más serio.
  “—No”—reí.
 “—Ya me habías asustado niña. ¿Cómo te llamas?”
 “— ¿Cómo te llamas tu?”—respondí.
 “— ¿De verdad quieres saber?”
   Creo que trataba de calmarme y de todas formas aunque no lo insinuó de verdad lo logro.
 “—Si. Gracias por salvarme”
 “—De nada, ¿Dónde están tus padres?”
  Me calle por un segundo y baje la cabeza.
 “—Lo siento, no debí…”—había malpensado.
 “—No, mis padres no saben que me salí de la casa”
 “—Entiendo, ¿quieres que te preste un teléfono?”
  Volví a negar con la cabeza.
 “— ¿No quieres llamar a tus padres?”
  Por tercera vez negué.
 “— ¿Podría preguntar porque, pequeña?”
 Y sin una razón, solo fue un impulso. Me levante un poco la blusa del abdomen donde todavía estaban muchas cicatrices y varios moretones. Nunca podre olvidar su reacción ante mis heridas. Se puso una mano en la boca y su frente se arrugo. Me miro con una emoción que es la responsable por la cual nunca le mencione nada a nadie ni lo he hecho hasta ahora—mire a Sebastián—la tristeza y la lástima.
  “—De acuerdo te llevare conmigo a casa de mi madre donde ella te preparara chocolate caliente que está un poco fresco y ya es de noche así que para que ya no te pongas en peligro otra vez”
   Me agarro de la mano y me llevo hasta donde Doña Piedad. Era unos años más joven obviamente y estaba más llena de vida. No dejaba de ir de un lado para otro y era demasiado activa. Cuando Roberto le dijo porque y como me encontró y la razón por la cual me había traído hasta su casa inmediatamente sintió compasión de mi. Me podio que le enseñara las heridas y descubrieron las de mi espalda y piernas. Estuvieron a punto de llamar a esas empresas que quitan los hijos de los padres pero los detuve, rogándoles que si hacían eso acabarían por matarme y lo único que les quedo hacer fue tratar de calmar las llagas que todavía estaban abiertas.
  “Ese fue el primer día de verano, al siguiente día desperté en la cama de alguien más toda vendada y con árnica. Seguía en aquella casa donde Doña Piedad me había servido el desayuno. Nunca nadie me había echo el desayuno, por  todo el desayuno me sentí querida.
   Pero se empezaron a escuchar pequeñas discusiones fuera de la casa.
 “— ¿Así que si traías una niña cuando llegaste en la noche? Estaba tan drogado que creí que me la imaginaba”
 “—Si, ¿Cuál es el problema?”
 “—Pero por su ropa y aspecto se ve que es de clase alta ¡por favor Roberto en que pensabas!”
  Hay me entere de cómo se llamaba mi pequeño héroe.
 “—No la iba a dejar solo hay aparte si vieras las cicatrices y golpes que tiene, sus padres han de ser esos que no les importa sus hijos”
   ¿Qué comes que adivinas?
 “—Así la maten mañana lo más correcto es que al menos de den cuenta que no durmió en su casa y de seguro la estaba buscando”
 “—Pues habla con ella si tanto quieres sacarle información, que con esa cara no creo que te la de; de todas formas no la quiero llevar de nuevo con sus padres la maltratan demasiado”
 “—Tú no sabes si son ellos”
 “—Cuando le pregunte no lo negó”
 “— ¿Dónde está?
 “—Mama le está dando de desayunar”
  Alguien que no era Roberto bufo. Era obvio que Doña Piedad también escuchaba todo y cada vez que nuestras miradas se cruzaban me sonreía apenada y me echaba una cucharada a la boca de mi rico desayuno.
   La casa era pequeña en ese entonces y sigue igual. Pero se me hizo enorme cuando entro un muchacho con cara seria y pelo castaño obscuro y ponchado en músculos abre la puerta con gesto serio. Creí sentir miedo.
 “— ¿Nos podrías decir tu nombre?—pregunto amable aquel muchacho.
 Y por primera vez me sentí no aceptada en aquel lugar.
 “—Si quieren me puedo ir”
   Deje el plato y me levante.
 “—No, no—dio un paso Roberto y se arrodillo poniéndose a mi altura—No le hagas caso a este. Es que es amargado, ¿tiene cara de amargado verdad?—me susurro pero no tan bajo para que escuchara. El muchacho entorno los ojos.  Reí bajito mientras asentía.
 “—Pero te pregunto lo mismo que el amargado—me sonrió—tenemos que saber tu nombre para poder contactar a tus papas.”
    Suspire.
 “—Yo me llamo Roberto Saldaña—me tendió la mano para alentarme, la agarre y me la apretó—ese feo amargadillo es Gustavo mi hermano y no te hará daño… solo queremos saber quién eres.”
 “—Carolina, Montes.”
 “—Bien Caro, ¿te puedo decir así?"
 “—Si."
 “— ¿Nos puedes decir un teléfono o tu dirección para llevarte hay?”
 “—No."
  Gustavo bufo.
“— ¿Cómo llegaste aquí?”
 “—Me salí de mi casa y solo toma muchos transportes públicos. Puedo regresarme sola.”
 “— ¿segura? ¿Entonces si te sabes tú dirección?"
 “—Se como regresar, no se me la dirección.”
“—Bien, te llevare a donde te encontré y ahí te regresaras tu solita, ¿sí?"
    Por milésima vez volví a asentir.
 Me despedí de Doña Piedad, agradeciéndole la comida y las vendas.
 Roberto me dejo en donde me prometió y yo pues no sabía qué hacer sabía el camino de regreso pero sentía que me perdía y por segunda vez en mi vida sentí pánico. El se empezó a despedir.
 “—Bien, haz lo tuyo Caro; cuídate mucho y si tus padres te siguen haciendo eso no te quedes callada, dile a alguien. Sera lo mejor para ti”
   Lo único que hice fue darle un tierno beso a ese extraño que le agarre cariño en tan solo unas cuantas horas.
 Empezó a caminar hacia la dirección opuesta alejándose de mí. Yo en cambio hacia el norte, saliendo de ese barrio tan inseguro. Toda la parte de esa ciudad está igual y fue donde asimile lo lejos que estaba de casa y lo mucho que me volvería a arrepentir.
   Llegue a la parada de autobús y pague mi asiento. Solo traía como viento pesos al principio y ahora solo me quedaban diez. Tal vez no completaría. Pero cuando me senté vi como Roberto se subía al camión y caminaba hacia mí. Frunciendo el ceño y volteando la cabeza le pregunte que hacía y él me respondió:
“—No podía dejarte sola.”
  Me quede callada por un minuto, volviendo a mí choche con 17 años y un Sebastián alado mío.
 —Es frase de verdad me llego, desde entonces por alguna razón o otra nos hicimos inseparables. Muchos poco a poco empezaron a comentar. Que si me que día usar cuando creciera que si lo era una ofrecida… bla  bla bla. Conocí a Martin y Gustavo ya no me había mala cara, todo lo contrario y empecé a hacer amigos. Nuestra relación siempre fue padre-hija aunque de verdad él no era mi padre lo veía como uno. El me enseño a ser fuerte, a decir que no a mis padres cada vez que me levantaran la mano; él fue que me ayudo a crear a esta Carolina que hoy por hoy conoces. Después de que llegue a la casa toda vendada mi papa me quiso cortar las vendas y lo hizo tan fuerte que me corto en muchas partes. No llore, como me lo prometí pero le dije que parara, que no me golpeara mas, que estaba harta y el no podía ni tenía que hacerlo.
--- ¿Te pego aun mas?
--Nunca más volvió a tocarme. Y con el tiempo en que seguí visitando a Roberto mi madre tampoco. Cuando volví a la escuela empecé a ser amigos de todos, me gustaba que me prestaran atención porque sin ser golpeada por mis padres ni siquiera me dirigían la palabra. Fui ahí donde conocí a Edith.
--Lo he leído en muchos libros, ahora entiendo porque eres tan conocida y popular.
   Lo mire con cara de “¿Qué dijo?”
--Mira, cuando uno no tiene atención en su casa lo que hace es buscar la atención en otras partes. Tú probaste la atención gracias a Roberto y querías aun más, y lo hiciste en la escuela por eso tu popularidad.
   Me encogí de hombros. Si lo entendía pero no lo comprendía.
--Por todo un año el firmaba mis exámenes, mis tareas, como si fuera mi padre—reí leve—era divertido y fingía regañarme cada vez que sacaba una mala calificación. La última vez que mi madre trato de golpearme fue porque descubrió que aquel extraño para ella me recogía todos los días y me la pasaba las tardes enteras en su casa. Fue donde le dije un “no” firme y ya no lo hace desde entonces. Pero a veces me mira con verdadera ira. Debo decir que realmente se sorprendió. Hablo con Roberto y le pidió que se alejara de mí. Por supuesto que yo no lo permití.
--También me enseño a bailar. Nunca hubiera descubierto que eso era mi gran pasión de no ser por él. Le debo demasiado, y cuando me dijeron la estúpida mentira de que había muerto… yo ya no podía llorar, simplemente no podía. Tanto tiempo me había repetido que llorar estaba prohibido que cuando quería hacerlo ese día no podía. Y el dolor que quería salir me desgarraba por dentro. Volví a caer en depresión pero en una mucho peor. No comía, no hablaba, no bebía, no me movía. Siempre quería estar sola y no salía de mi casa pero mis ojos seguían secos.
  “Y la conclusión es: aunque la tía Carmen fue como una madre sigue sin ser mi madre, aunque Roberto haya sido como el mejor padre del mundo sigue sin ser mi padre. Aunque tenga a los mejores amigos que puedo considerar como mis hermanos sigue sin ser mis hermanos. Es doloroso saber que tengo una familia pero al mismo tiempo no.
-- ¿Hace cuando tiempo que no lloras?
--Desde los 11 años.
-- ¿6 años? ¿Estás loca?—murmuro en plan juguetón.
   Reí entre dientes.
--No tienes ni una idea de lo mucho que quería sacar esto pero no me daba cuenta—mire hacia arriba.
   Ese nudo en la garganta regreso pero no se quedo mucho tiempo hay. Empecé a sentir los ojos húmedos y me emocione. Me puse a reír como histérica y Sebastián me veía divertido.
   Una lagrima de deslizo por mi mejilla. No sé si lloraba ahora de felicidad o de tristeza al recordar por todo lo que he sufrido.
--Nunca te vayas, Sebastián. Por favor—susurre.
  La lágrima estaba en el borde de mi labio y no la limpie, disfrutaba la sensación que hace más de seis años no sentía. Y mi otro ojo saco otra lagrima, no podía parar.
--- ¿Qué dices?
--Desde la muerte, bueno desde que Roberto se fue eres lo mejor que me a pasado; te has convertido en mi mejor amigo, no sé qué haría sin ti ahora. Soporte que mi tía Carmen se fuera, soporte que Roberto también se marchara. Si vuelvo a perder otro ser querido no se qué pasaría. No soportaría de nuevo la depresión.
--Te ves extremadamente tierna y vulnerable con tu maquillaje corrido y tus mejillas mojadas. Me gusta saber que soy tu mejor amigo. Mas la parte de mejor.
   Reí levemente mientras me seco las lágrimas con su dedo. Puso su brazo sobre mis hombros y yo me recargue en su pecho mientras las lágrimas seguían saliendo.
--Gracias por escuchar. Gracias por hacerme llorar.
--Cuando quieras. 




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Mis blogeeros amadoos: Este capitulo marca la mitad de la historia, no significa que solo va a haber otros 14 capitulos y ya nooo! haha pero aqui ya vamos a la mitad y como la mitad es la mitad :P bueno a lo que voy esqe estoy planeando otra historia para cuando termine esta porqe no me gusta eso de tener varias historias a la vez y no poder solo enfocarte en UNA. asi que el unico adelanto qe les dare sera el nombre. Se llamara: 
CRAZY; ZOMBIE; LOVE  ♥
pieensen masomenos de lo que tratara (; 
BESOS CON GLOOS (: 

7 comentarios:

  1. Aii pobree todo lo w tuvo q pasar!!!!
    Q feo q de tan chiqita le pegen :( q feo!!!
    La verdad me re emociono este cap!!! Porq pese a todo eso pudo salir y ser mas fuerte!!!
    Que lindo de su parte Roberto♥
    Y ojala nunca mas pase por algo asi!!!
    y alfin lloro!!jaja q bueno♥
    Me encanto el cap!!!
    y kiero q se encuentre con Roberto alguna vez jiji!!
    Espero con muchas ansias el proximo cap!!!
    Y masomenos me voi imaginando la otra historia aja!!
    Besos!
    Cuidate♥

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  2. que feo el pasado de Caro :(
    Lo peor que hay gente que hace eso !!!
    que suerte q encontro a roberto y el valor para poder afrontar esa situacion!!!
    me encanto el cap ( por la confianza que le tiene a seba para contarle todo eso)
    espero el prox!
    ahh y de la nueva historia ... mmm ajajja me encanta el titulo y ya me imagino un monton de cosas XD, la primer palabra es la q mas m gusta ( es = al mio)
    ya espero la historia :D
    Besos♥"

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  3. Wow pobre Caroo todo lo que le hisieron :( me pone mal.Ademas hay personas que realmente hacen sto y no me gsta :(
    Bueno soy una nueva seguidora y ya me he leido tu nove hasta ahora,claro.Y quiero decir que me encanta y ke realmente eres una gran escritora.Y que me encanta toda tu novela.
    Besos

    http://luzmaria-y-sus-historias.blogspot.com/
    http://iwishyouwerehereforever.blogspot.com/
    http://mi-gozoen-un-pozo.blogspot.com/

    P.D.:Yo tambien tengo un mejor amigo... y... es gay
    jajajajajajajaja
    Besos,Luz Maria
    espero ke te pases por favor.

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  4. Pobre caro :/ La verdad,me encanto el capitulo,obviamente sacando la parte fea :C
    Es un gran amigo Santiago :D
    Besos!publica pronto!

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  5. me encanto!!!!!!!!!!
    hola Fathi, hace tiempo me pediste que leyera tu historia, y te dije que cuando terminara de leerla comentaba y te daba mi opinion bueeeeeee... aqui esta Kuronuma cumplindiendo y mi opinion es: que me encanta!!!!!! la amo!!!! vaya que si es fuerte el pasado de Caro tiene suerte de tener a Sebastian para afrontar la realidad del presente sin volver a tener miedo, bien "las personas fuertes no son las que se creen sino las que pasan por diversas situaciones y se levantan sin miedo a caer" eso fue lo que pense mientras leia este capitulo
    plis publica pronto
    besos
    cuidate

    PD: espero que pronto pases por mi blog y leas la historia y me des tu opinion :)

    nuestroamorsincero2.blogspot.com

    bye

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  6. La pobre a tenido una historia traumatizante u.u Mmm me has dejado intrigada con el nombre ese de tu segunda historia quiero saber de que va. Por cierto tienes premio en mi blog: http://doublevite.blogspot.com/2011/10/premios.html
    Publica pronto!!
    Kisses!!!

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  7. ¡Pobrecita! Que trauma total!
    Mi nombre es Mackenzie,pero todos me dicen Kenzie. Fíjate que acabo de abrir un nuevo blog y me encantaría que lo visitaras
    XOXO Kenzie

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