Entre a la casa, camine hasta la cocina
donde deje mi mochila y me serví un vaso con agua.
La televisión estaba encendida y se
escuchaba un partido de americano por todo el piso.
Con mi vaso de agua en la mano camine
sigilosamente hasta asomar medio cuerpo hacia la sala donde vi a Sebastián con expresión
aburrida mirando hacia la pantalla. Ahí estaba mi hombre, apostaba que si noto
mi entrada.
Dejándolo ver su pequeño juego, comencé a
hacer deberes de la casa para tratar de distraerme. Diez minutos más tarde,
cuando estaba a punto de separar la ropa sucia de la limpia de los últimos tres
días ,incluido la de la noche pasada para mandarla a la tintorería—porque no
teníamos lavadora y secadora—me di cuenta que yo quería estar alado de
Sebastián.
Deje todo a un lado y camine directo a la
sala, donde me senté en el extremo opuesto del sillón donde él estaba sentado.
Los dos observábamos la pantalla, y cuando
lo que parecía ser un touchdown del equipo favorito de Sebastián y todos en el
juego comenzaron a celebrar, él me volteo a ver.
Me observo por todo el rato en que la
celebración se llevo a cabo y me sonrió; sonrisa que yo no correspondí. Y pude
ver la acción que estaba a punto de hacer antes de que la hiciera; quería
acercarse a mí.
Así que me levante del sofá, me puse
enfrente del televisor y lo apague; la habitación se quedo en silencio.
Camine los cinco pasos que nos separaban y
quede enfrente suyo, él sentado y yo levantada. Anhelaba tocarlo y anhelaba su
toque. Alce mi mano y la pose en sus cabellos, donde los acaricie.
Sus brazos me rodearon la cintura y me
acercaron más a él. Deje sus cabellos en paz para quitarme la blusa y la deje en el
suelo. Moví mis brazos para quitarme el sostén y lo retire lento, dejando mis
pechos libres. Sebastián me miro a los ojos todo el tiempo.
Llevo sus
manos de mi cintura a mi espalda sin despegar sus dedos de mi piel, y muy
suavemente paso su mano por mis pechos, moldeándolos. Jadeando ya me
encontraba, quería que su piel me tocara lo suficiente como para atravesarla. Se
recargo un poco para observarme.
Su toque se hizo más fuerte y bajo hasta
desabrocharme el pantalón y quitarlo. Me separe un poco para quitarme la
prenda.
Comenzó a besarme desde en medio de los
pechos, dando pequeños besos en línea recta bajando y mientras hacía eso sus
manos descendían todavía más que sus labios y bajaron mis bragas, pasando su
toque por mi trasero y muslos hasta que la prenda quedo hasta el suelo.
Y eso fue todo, desesperadamente me sentó a
horcajadas en su regazo y comenzamos a besarnos.
Terminamos en el suelo y cuando terminamos,
yo encima de él, lo único que hice fue inclinarme hasta quedar acostada en su
pecho, controlando la respiración agitada. Hizo un movimiento para salir de mi,
y así nos quedamos por tanto tiempo que pensé que se había quedado dormido;
hasta que habló
-No importa si te
la pasas todo el día fuera de la casa con todos los amigos que quieras tener,
no volverás a pasar otra noche en otra cama que no sea la nuestra—dijo con voz
dura, murmurando
Sonreí ante esas palabras
-Yo también te
extrañe—susurre.
Bufo
-Extrañar es poco,
Carolina—hablaba en serio
Alce la cabeza y le mire a los ojos un buen
rato
-Lose, fue una mala
idea
Me enderece y me senté a horcajadas para
recargarme en sus piernas dobladas, comenzamos a jugar con nuestros dedos
mientras el tema de la prueba de embarazo rondaba por mi cabeza
Después de mucho rato de estar hablando de
otras cosas, decidí tratar el tema
Me moví de donde estaba—encima de él—para
verlo mejor
-¿Sabes? Eeh…-comencé
nerviosa—anoche en casa de Edith surgió este tema, que llevo a otra cosa y…
Sebastián se recargo en su codo y me miro
frunciendo el ceño. Suspire
-Me hice una prueba
de embarazo—murmure
Las cejas de Sebastián salieron disparadas,
su expresión de sorpresa lo dejo paralizado por un momento para de pronto
moverse demasiado rápido, se enderezo y me empujo suavemente hasta quedar
recargada en el sofá y él se puso enfrente mío… y poso su mano sobre mi vientre
-¿Es enserio?
¿Me lo imagine o su tono era alegre? ¿Tanto
como su expresión?
Fruncí el ceño
-¿Tu quieres un
bebe?—le pregunte confundida
Me miro con una expresión intensa y sonrió un
poco, me volví loca.
-De verdad quieres
un bebe—hable en voz alta, un poco más alta de lo que debí.
Puse mi mano encima de la de Sebastián y
junte los dedos
-Sebastián—enfatice
su nombre—la prueba salió negativa, yo estaba segura de eso pero Edith insistía
y tenía una prueba a mano así que porque no…
Me di cuenta que dejo de escuchar desde más
de la mitad de la oración y calle. Su rostro, sus ojos solo me observaban, me observaban
a mí, que estaba desnuda en ese momento. No lo presione
-Así que… ¿no estás
embarazada?—me miraba con los ojos abiertos
-No
Retiro la mano de mi vientre. Fruncí el ceño
-No lo
entiendo—hable confundida— ¿Acaso tu quieres un hijo?—comencé a enfadarme— ¿Y
que acaso tu lo quieres criar desde otro continente? ¿Dejarme sola para tener
un hijo?—mi voz se elevaba cada vez mas.
-¡¿Qué clase
de hombre crees que soy para abandonar a
un hijo?! ¡A ti! ¿Tan poco me conoces?—me contesto con la misma intensidad
Baje la cabeza, procese mis palabras y luego
las suyas
-Apenas cumplirás
los 19, yo solo tengo 18—dije más sosegada pero con la expresión todavía
enojada
-¿Comenzaremos a
discutir por un bebe que no existe?—trato de bromear, pero a él tampoco se le
había pasado el enfado
Calle, ya no supe que decir, me enderece un
poco y sentí la necesidad natural de taparme la desnudez y así fue. Lleve mis
brazos alrededor de mi cuerpo y doble las piernas.
Sebastián borro de su cara todo rastro de
enojo o confusión para darle cara a la culpabilidad. A pesar de que él no tenía
porque sentirse culpable. Alargo su mano hacia mí pero a mitad del trayecto se detuvo y agradecí por eso, me
sentía demasiado sensible para su toque que siempre me quemaba.
Busco con la mirada mis bragas, para
encontrarlas y pasármelas. Volteo su
cara para no ver cómo me las ponía y me sentí un poco mejor.
-Lo siento—murmuro
-No tienes nada que
sentir—dije algo cortante—Explícame tu reacción, Sebastián—suplique
-Es algo egoísta—me
miro—solo pensé en que me podría quedar contigo. Una pequeña persona hecha por nosotros,
que puede hacer que yo me quede o tú te vengas conmigo. Fueron demasiados
sentimientos encontrados en segundos, debiste haber sido más amable con mis
emociones, Carolina
Solté una pequeña risa con lo último que
dijo y me acerque un poco a él
-Tal vez la que
debería de disculparse soy yo—suspire—tenemos que ser todavía más cuidadosos
A Sebastián se le escapo una enorme sonrisa
-¿De verdad me
dices esto cuando terminamos de hacer eso?—y miro nuestras ropas restregadas
por el suelo
Entorne los ojos y también reí
-Buen punto—sonreí—Y
quiero aclarar, que la única manera en que dé a luz a un niño es porque es
planeado y bien recibido. No como una manera de amarrarte al país—hice una
mueca.
Sebastián se acurruco alado mío y yo lo
rodee con mis brazos.
-Entendido—susurro.
Le di un beso en la frente
-¿Me ayudas a
separar la ropa? Hay que mandarla a lavar.
Alzo su rostro y me sonrió mientras asentía.
No nos levantamos hasta después de media
hora de seguir sentados, mirándonos sin hablar.
GRACIAS POR SEGUIR ACTUALIZANDO!!!! ♥
ResponderEliminarAtte: las dos locas que te escribimos a Insta queriendo saber que sucedia con Seba y Caro.