La
campana sonó dando la salida. El pasillo que hace unos segundos estaba vacío
ahora estaba lleno de muchachos riendo y hablando.
Me encontraba en medio de esos muchachos,
sola en camino hacia el estacionamiento, donde Sebastián se encontraba
esperándome para irnos a comer.
El estacionamiento se llenaba cada vez más,
con hombres fumando y chicas haciéndole de putas. Pase por el carro de Alex y
me sonrió, lo salude con la mano. Hace meses que Alex y yo no hablábamos y a veces
lo extrañaba pero me daba algo de miedo acercarme a él aunque no lo admitiera.
Me llamo la atención que había un coche muy
lujoso estacionado. Nunca lo había visto antes. Estaba rodeado de muchachas
emocionadas y hombres que admiraban el carro como si fuera la octava maravilla.
Suspire y por curiosidad me acerque a ver qué pasaba
Se encontraba un hombre en medio del grupo
de mujeres, todas muy chifladas con él. Al darme cuenta que no era nada
importante di media vuelta pero escuche un grito
-
¡Carolina!
Me paralice, esa voz era muy
conocida, a pesar de que ya casi no la escuchaba seguido
Me volví a dar vuelta para
encontrar a Lucas saliendo de la bola de mujeres que lo rodeaban—todas con cara
de ira al realizar que el muchacho guapo
y rico venia a verme a mí—y camino rápido en mi dirección
No me moví de mi lugar al
tratare de contener mi shock, Hace mucho que no lo vía y honestamente pensé que
ya se había olvidado de mi.
Pensaste mal mi amor
No
recordaba lo guapo que era
Al llegar delante mío me abrazo
muy fuerte. Le regrese el abrazo y una sonrisa salió de mi
-
¿Qué haces aquí?—susurre, me soltó
-
Ya sabes—se encogió de hombros—no quiero que me
olvides
-
No lo hago—le sonreí
-
¿Tienes hambre? Vamos a un restaurante, yo invito
Maldición
-
¿O ya tenias otros planes?—dijo al ver mi cara
-
Si… yo lo siento—voltee para atrás y vi a personas
de espectadores, mas viéndolo a él que a mí.
Entre ellos Sebastián. Estaba
recargado en mi coche, con los brazos cruzados y una mirada que asustaba. Sentí
una culpa enorme en el pecho
-
¡Vamos, Carolina! Casi no te veo y es el único día
en que pude venir en semanas
-
¿Habías querido verme desde semanas?—mi tono era de
confusión total
-
Te he extrañado—Lucas miro hacia otro lado
Eso me conmovió. Aparte tenía
mucho que hablar con él. Nos quedamos viendo mientras tomaba mi mano y me
empujaba hacia él. Yo le seguí hasta subirme al coche.
Ignore todas esas miradas de
matanza de las mujeres que ya estaban en otra parte. Lucas avanzo lento por el
estacionamiento—que seguía muy lleno—para no atropellar a nadie.
-
Detente aquí por favor—dije al pasar alado de mi
carro
Me obedeció y baje del coche.
Sebastián estaba en la misma posición con la misma mirada. Note que tenía los
puños cerrados
-
No me odies pero tengo muchas cosas que hablar con
él—le puse las llaves de mi carro enfrente pero él no se movió ni un
centímetro. Las puse atrás de donde estaba recargado—Es solo una comida, no
tienes porque ponerte de esta manera—dije algo enojada pero luego suavice mi
tono—Te quiero demasiado, Sebastián
Me acerque para darle un beso
en la boca pero cuando voltee levemente vi a muchas personas viendo la escena así
que solo se lo di en la mejilla
-
Perdóname y te quiero—le volví a susurrar en el
oído
Di vuelta y me volví a subir al
coche
Me llevo a un restaurante al
norte de la cuidad, uno lujoso. Me queje un poco pues yo traía puesto unas
botas negras largas de tacón, un pantalón pegado azul y una blusa de tirantes
también pegada color rosa. Para un McDonald iba arreglada pero para este tipo
de restaurantes parecía que venía un pijama
Ya sentados en una mesa, con
vino servido en las copas y nuestra orden cocinándose empezamos a hablar bien
-
¿Cómo te ha ido últimamente?
-
¿Hace cuanto que dejamos de hablar?—pregunté,
ignorando la pregunta que le me había hecho
-
Muchas semanas, no sabría decirte exacto
-
¿Por qué?
-
No recuerdo, la verdad
-
Yo tampoco
Llego el mesero—un hombre joven
a darnos nuestros platos—que se me quedo viendo mientras me sonreía, le regrese
el gesto.
Lucas bufo
-
No has perdido tu encanto, Carolina. Es bueno saber
que no soy el único que cayó a la primera contigo
-
¿Caer a la primera?—alce mi ceja
-
¿Cómo te ha ido últimamente?
Cambiamos de tema, hablando de
mil asuntos. Reí, me divertí hasta que llego el postre a la mesa con el mismo
mesero sonriéndome
-
Haber si no te pasa su teléfono cuando llegue la
cuenta—bromeo
Reí fuerte
-
No es tan ingenuo, ¿sabes cuantas muchachas más
bellas han de pasar por estas mesas?
-
No me puedo imaginar a alguien más hermosa que
tu—me miro a los ojos
Enmudecí por un momento, baje
la mirada
-
Carolina, ¿has pensado en tú y yo?
-
En qué manera—tartamudee
-
Ya tu sabes en qué manera
Su tono de voz no puede ser más
serio y seductor
Agarre mi copa y le di un gran
sorbo mientras volteaba a otra parte, poniendo mis pensamientos en orden
-
Lucas, yo…
Su mirada era intensa, era muy
fácil perderse en ella
-
¿Tu si has pensado en tu y yo?—dije para desviar su
atención, pero gran error. Me arrepentí tan pronto como lo dije
-
Honestamente, si
Trágame tierra
-
¿Recuerdas aquel juego que empezamos en el antro
bajo tierra?
-
Claro
-
Creo que perdí—murmuro
-
Ohh…—trate de digerir eso—Pero como si no hemos
salido en meses—susurre
-
La distancia fue la que me hizo darme cuenta que te
extrañaba más de lo que debía
-
Lucas—empecé pero me callo gentilmente. Seguí de
todas maneras—Lo siento, pero yo no puedo corresponderte
Se erguí en su asiento y
frunció los labios
-
¿Cómo se llama?
-
¿Qué?—dije sorprendida
-
Quiero saber su nombre
-
¿Pero como sabes que hay alguien?
-
Solo contéstame, por favor. Es obvio que hay
alguien mas
No tenía ni idea de cómo
decirle esto, Sebastián se me vino a la mente, acostado en su cama riéndose sin
poder contenerse y una sonrisa me salió sin poder contenerla
-
Sebastián
Se quedo un minuto callado
-
¿Tu vecino, el que era tu mejor amigo?—murmuro
grave
-
Es mi mejor amigo
-
Pero el es novio de Samanta Treviño—su tono era de
confusión y algo de rabia
-
Terminaron varios meses atrás, casi la momento en
que tu y yo dejamos de hablar
El muchacho delante mío se paso
la mano por sus cabellos castaños claros
-
¿De verdad?—note la desesperación en su voz
-
Estoy profundamente enamorada de el
-
¿Llegue demasiado tarde?
-
No es eso… creo que siempre lo estuve solo que no sabía.
Perdóname, Lucas
-
No tienes porque disculparte—trato de sonreírme
pero le salió pésimo.
Su mano descansaba sobre la
mesa y pensé en tomársela pero tal vez eso arruinaría las cosas más
-
Eres un increíble amigo para mi, Lucas
-
No quiero ser eso—me interrumpió
Me invadió la tristeza y la
culpa
-
Tal vez solo estas confundido, piensa bien las
cosas. Hablamos cuando puedas—lo mire—Me tengo que ir, perdóname de verdad. Yo
no quería causarte molestias
-
Carolina tu nunca serás una molestia. Si te quieres
retirar, adelante. No te preocupes por la cuenta, yo fui el que te invito
Nos levantamos. Nuestros
postres estaban intactos. Le di un abrazo fuerte y un beso en la mejilla
-
Nos vemos pronto
-
Una última cosa—murmuro— ¿El te corresponde?
Di un gran suspiro
-
Si
Y así fue como me dejo ir
Pedí un taxi y como andaba de
pobre me dejo a varias calles antes de mi casa.
Tenía bien agarrada mi bolsa y
no podía dejar de pensar en aquel Lucas con la mirada triste y perdida
¿Qué había hecho?—En aquella
fiesta, yo totalmente ajena al sentimiento que ahora siento por Sebastián—acepte
en lo que creí que era como un reto.
Y ahora pago las consecuencias,
rompiendo un corazón. Me sentía tan mal conmigo misma que solo quería llegar
con mi novio. Aunque de seguro él estaría enfadadísimo conmigo.
Al doblar la esquina y llegar a
la calle de mi casa vi a Samanta en la puerta de la casa de Sebastián
Ella le sostenía su mano
mientras no dejaba de hablar. Vi cuando Sebastián no hizo nada cuando ella le
entrelazo los dedos.
Me detuve en seco, y mil
emociones nada bonitas me embargaron en ese momento. Era como retroceder en el
tiempo, donde la dueña de sus besos seguía siendo ella
Vi como él le retiraba la mano
delicadamente y como ella se le abalanzaba, pero el daba un paso atrás.
Cada vez que me acercaba pisaba
más fuerte para que mis tacones se escucharan y cuando llegue enfrente de mi
casa los dos me voltearon a ver.
Le clave mi mirada a Sebastián
por cinco segundos hasta entrar a la casa. Le agradecí tanto a Dios porque no
se encontraba nadie. Fui a la cocina donde me serví un vaso de agua y trataba
de controlar el impulso de romper todo lo que veía. Pasaban los minutos y me fundí
en el sillón donde había un programa que realmente no veía.
Apague el televisor con la intensión
de irme a mi habitación pero llamaron a la puerta.
Sin decir palabra entro y cerró
la puerta con el detrás. Yo me quede parada en medio del recibidor
-
No me mires con esos ojos—dijo seco
-
¿Esa fue una especia de venganza?—mi tono era acido
-
No
No pronunciamos palabra por
segundos que se me hicieron muy largos. No dejábamos de mirarnos desafiantes
-
Explícame que hacia ella agarrándote las manos
-
Explícame que hacia Lucas llevándote a comer a
restaurantes
-
Lucas es mi amigo
-
Samanta también
Me reí sarcástica
-
No compares, Sebastián
-
¿Por qué no? Yo te vi besándote con Lucas, te vi
varias veces subiéndote a su carro. Tengo todo el derecho de estar enojado y de
pedirte explicaciones
Lo quería matar, al menos lo
hice con la mirada
-
¡¿Cómo te atreves?!—murmure, conteniendo mi enojo—A
hacerme una escenita de celos con un hombre con el que muy apenas veo y conozco
en mi vida.
-
Hombre que te quiere más que como amigos, hombre
que te lleva a restaurantes lujosos. Hombre con el que tuviste un amorío, si
comparo
Empecé a dar vueltas sobre mi
lugar con la cabeza mirando al techo, conteniendo unas lagrimas. Cuando sentí
que ya no se me iban a salir lo mire
- Tú me matabas. Yo te veía con ella, casi todos los
putos días viéndote abrazado, besándote con esa. Escuchaba por todas partes que
se veían muy bien juntos. Te veía con ella y tú me matabas. ¡Así que no te
atrevas a echarme en cara en mi propia casa que tienes celos de Lucas!
-
Carolina…
-
¡NO!—dije casi histérica, sacando todo—Acabo de
rechazarlo, y al regresar a mi casa me encuentro con la ex novia de mi novio
agarrándose de la mano mientras le pedía que regresaran. Tu tuviste una
relación con ella de tres meses y quiere regresar, en cambio yo nunca tuve ni tendré
nada con Lucas así que no te atrevas a decirme que no compare
Calle al sentir un nudo en la
garganta
-
¿Cuánto tiempo llevamos en esta relación?—pregunto
-
No se… dos semanas
- Te entiendo, Carolina pero no me pidas que me quede
callado. Me dio muchísimo coraje verte en ese carro con Lucas y tu bien feliz.
Y ni siquiera sabes lo que le conteste a Samanta
-
¡Y no quiero escucharlo!
-
¡Ya das por hecho que la acepte y mil estupideces!
Yo te he dicho hasta el cansancio mis sentimientos hacia ti y los que tengo por
Samanta pero parece que no quieres entender.
-
Entiendo lo que veo
-
¿Y que ves?
-
A ella rogándote y tu al parecer no la rechazas
-
¿Y qué dice Lucas? Y Sergio, y Oscar, Rodrigo y la
mitad de la preparatoria
Lo que decíamos no tenía
sentido
- Mejor hablamos cuando no pienses tonterías y cuando
se pueda hablar contigo
-
¡Bien! ¡Largo de mi casa!—le grite
Se salió cerrando muy fuerte y
causando un eco que me dejo un vacio.
No me moví de mi lugar, no
podía ni mover un dedo. Pasaron varios segundos y no me moví del lugar. Y todo
paso muy rápido después de eso
Sebastián volvió a entrar a la
casa muy rápido y agarrándome la cara me dio un beso profundo. No lo detuve;
todo lo contrario. Le regrese el beso con todas las ganas que me quedaban
-
Perdóname, perdóname, perdóname—Sebastián hablo
durante el beso y yo lo pegaba más a mi cuerpo.
Nos separamos un poco y nos
miramos a los ojos. Y eso fue todo para olvidar las palabras dichas apenas
minutos antes. Y nos seguimos besando hasta que nos quedamos sin aliento, y sin
querer separarnos
Comenzamos a caminar sin
separar los labios a la sala donde tropezamos en el sillón y caímos en el. El
encima mío me contemplo en lo que me parecieron años mientras yo le quitaba la
playera.
Le iba a decir algo y se me
olvido por completo cuando me beso y quede en blanco. Ya para cuando me di
cuenta también tenía mi blusa fuera y quedaba solo mí sostén.
Estábamos acurrucados en el
piso de la sala, recargados en el sillón encima de una sabana que se encontraba
cerca. No paso nada, pero no nos pusimos devuelta la poca ropa que nos habíamos
quitado
A él lo deje encender un
cigarrillo
Tosí apropósito y cuando él me
miro solo me sonrió
-
Huele del asco—susurre
-
¡Vamos, Carolina! ¿De verdad nunca has probado el
cigarro?
-
¿Me lo dices a mí que pase años rodeada de
narcotraficantes?
-
¿Eso es un sí?
-
El tabaco nunca me gusto realmente, prefería la
marihuana
No dijo nada después de un rato
y murmuro
-
¿Cuándo lo dejaste?
-
Después de la falsa muerte de Roberto, de todas
maneras era raro verme con un cigarro, no lo hacía nada seguido. Roberto
siempre me lo reprochaba
Sebastián después de dar una
gran bocanada de tabaco cambio de tema
-
Así que Lucas no recibió Cari-amor—se burlo
Le di un manotazo en el pecho,
donde luego empecé a acariciar en círculos pequeños
-
No es gracioso, me partió el corazón
-
¿Por qué?—alzo la ceja sorprendido
-
Hubieras visto su cara de perrito atropellado, su
expresión cuando le dije que estaba profundamente enamorada y al decirle que
eras tu
-
¿profundamente
enamorada?
Me lo
susurro en el odio y me dio un escalofrió. Lo abrace fuerte mientras hundía mi
rostro en la base de su garganta
-
Me sentí muy culpable porque yo fui la que acepto
su juego de enamorarnos
-
Tu no tuviste la culpa de nada—me acariciaba el
pelo—El se enamoro solito
-
Digas lo que digas yo tuve mucha culpa sobre eso y
no me harás cambiar de opinión
Suspiro, termino su cigarrillo y lo apago
mientras con la mano quitaba algo del olor y dejaba el resto en un cenicero de
la mesa
-
¿Qué te dijo Samanta?
- Ya te habías tardado— rió entre dientes—me llamo
antes para ver si podíamos vernos y le dije que si podía venir. Al llegar fue
directo al grano: que durante todas estas semanas no ha podido olvidarme ni
superarme y que quiere otra oportunidad. Le conteste que no podía, que yo
estaba profundamente enamorado—me
miro picaron mientras se reía, se burlaba de mi—pero sabes cómo es ella de
necia y no dejaba de insistirme hasta que llegaste tu y la corte hasta hay
-
Lo siento por mi ataque de celos
-
Yo también, dije cosas sin sentido
-
Los dos—reí entre dientes— ¿Le dijiste que tu y yo?
-
No, pero si quieres la próxima vez que me insista
porque créeme que lo hará—reí ante eso—le digo que eres tu
-
No… todavía no.
Comenzó a acariciarme el pelo.
De reojo vi que lo olía discretamente.
-
¿Recuerdas el día en que nos dimos nuestro primer
beso?—soltó de pronto.
-
Si—dije confundida por su cambio de tema
-
Bueno, recuerdas que un día antes te dije que era
el primer aniversario de mi llegada
-
Si…—dije con el mismo tono, no adivinaba a donde quería
llegar
-
Carolina yo creí que a estas alturas del partido
adivinarías pero ya veo que no. Ese día no se cumplió un año de mi llegada, se cumplía
un año de que tú me dijiste todo tu pasado en la parte de atrás de tu camioneta
Me quede pensando
-
Claro—pensé en voz alta—tu llegaste en segundo
semestre y ya vamos en el cuarto entonces significa que—calle y le mire el
rostro—llevas aquí un año y medio
-
En mi búsqueda por los dos años ya casi, creí que
eran las mujeres las buenas con las fechas—me sonsaco
Afuera de la casa se escucho un
carro estacionarse en la cochera. Nos paramos en un instante y empezamos a
acomodar todo lo que habíamos desordenado.
Los cojines del sofá, la sabana
que encontramos cerca y recogimos las prendas de ropa que nos quitamos. Fue ahí
donde comprendí que tanto él como yo no llevamos nada arriba.
-
¡Corre a mi cuarto!—murmure
Me puse la blusa en un segundo
y corrí a la cocina en el momento en que mi padre entro a la casa. Dejo su
portafolio en la mesa alado de la puerta principal y se dirigió a la sala.
Aproveche eso y me escabullí hacia las escaleras
-
Carolina—su voz era de confusión, el nunca me
encontraba en la casa
-
Hola Ignacio—le sonreí— ¿Te volverás a ir?
Bufo
-
¿Me quieres correr de mi propia casa?—dijo en tono
de juego
Solo le sonreí, en manera de
esperar una respuesta
-
Si, solo venia por unas cosas al despacho
-
Bueno, suerte. Te veo… en otro momento
Me quede parada unos segundos
insignificantes para el pero valiosos para mí. Me di cuenta de que se veía
cansado—al parecer de la vida—y que yo nunca sentí esa conexión padre-hija.
El recuerdo de su cinto haciéndole
de látigo partiéndome la piel en dos y haciendo salir mi sangre caliente me dio
un mal sabor de boca; un rencor que siempre le tendré.
¿Acaso seré adoptada? Tal vez
por eso nunca me quisieron y si es así… ¿para qué lo hicieron?
Sacudí la cabeza para
deshacerme de esas ideas, la adopción sonaba tan ridículamente
Y subí las escaleras a paso
lento hasta llegar a mi habitación
Sebastián me empujo contra la
puerta nada mas la cerré poso sus labios sobre los míos.
¿Por que siempre tardas tanto en publicar esque piensas que no te leen?
ResponderEliminarMe ha gustado mucho el capitulo y espero leerte mas a menudo.Ojala lo hagas
aveces si siento eso, si tuviera mas comentarios talvez escribiria mas rapido pero hago todo lo que puedo:D
EliminarHola! Soy Bea del blog Entre las sombras decirte q no me ha llegado nada de q hayas publicado este capítulo y cuando me he metido me ha extrañado q este desde el 1 de diciembre.
ResponderEliminarEl capítulo ha estado genial como siempre y soy seguidora tuya desde el primer momento en que publicaste. Tengo ganas dd saber q ocurrirá en esa habitación ... ;)
Feliz Año Nuevo! Y publica cuando puedas
Un beso! :)
Me encanta la novela .. me da mucha intriga lo que pasara en el proximo capitulo, soy de uruguay y me encantaria que publiques mas seguido... de todos modos entiendo que no es tan facil. besos ! :D
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminaraqui esta
Eliminarhttp://www.mimejor-amigo.blogspot.mx/2012/11/capitulo-32-no-digas-nada.html
disfrutalo:)
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Eliminargracias por responder!!! me encanta la historia!!!!
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