lunes, 23 de julio de 2012

Capitulo 28: "Mañana"


Saliendo de la preparatoria, estando en un restaurante de comida rápida yo sola, recibí una llamada.
   Antes de que dejara que las cosas llevaran su curso natural—como me dijo Borjas—quería sacarle todo el provecho que puedo así que me encontré con Sergio—que me invito a salir—en la casa de los Treviño.
   En realidad no íbamos a quedar a jugar videojuegos como lo hacíamos de pequeños
   Al llegar a dicha casa, no voltee a ver el garaje para ver si estaba el carro de Samanta, tampoco quise ver si de casualidad estaba el de Sebastián. No quería torturarme así que entre directo a la casa
   Sergio me recibió con un gran abrazo que le correspondí, se disculpo por no poder haber ido a mi fiesta. Nos servimos comida—más bien chatarra, un six-pack de cerveza, algo ligero—y pusimos juegos viejos más que nada.
   Todo marchaba normal hasta que se comenzaron a escuchar ruidos—gritos más que nada—en la planta alta de la casa.
-          Yo creí que estábamos solos—comente
   Sergio casi ni me escucho, toda su atención estaba en la pelea de robots que teníamos. Le seguí como él hasta que se escucho que las personas que se encontraban arriba estaban peleándose.
   Y al parecer fuerte
   No quería decir nada por no escucharme mal pero llego un punto donde no aguante la curiosidad y dije
-          ¿Quién esta gritando de esa manera?
   Esta vez si me escucho pues se acabo la ronda y comenzó a servirse una botella. Se encogió de hombros
-          De seguro es Samanta con su novio
   Abrí mucho los ojos. En realidad nunca he visto al par de tortolos pelearse, solo amarse literalmente.
-          ¿Pasa seguido?—pregunto como quien no quiere la cosa
-          Últimamente si
-          ¿No deberías ir a calmar o algo? Se escucha feo la situación
   Bufo
-          Y yo porque me voy a estar metiendo en sus asuntos. Que los resuelvan ellos
   Eso era lo que me gustaba de Sergio, no era nada metiche
   Quería lanzarle mil preguntas pero no quería verme obvia, después puso otro videojuego. Según yo tenía mis cinco sentidos en el aparato pero mi oído se encontraba escuchando todo lo del segundo piso.
   Ya no es escuchaban mas ruidos. El punto era que estaban en la casa. Discutiendo o no estaban juntos en su recamara… ¿Y si se estaban reconciliando o algo?
   Sacudí la cabeza, tratándome de quitar esos horribles pensamientos de la cabeza.
   Y por estar pensando cosas que nada más no, perdí mi batalla
-          ¿Qué le pasaron a tus habilidades?—me pregunto burlón
-          Estoy calentando, espera un poco—reí
   Una puerta de abrió en la planta alta y Él salió. Al llegar a las escaleras y al verme en la sala—con Sergio, una cerveza en la mano y contemplándolo—abrió mucho sus ojos verdes.
   Y casi le leía el pensamiento. Nunca imagino encontrarme en esa casa, la verdad yo tampoco creí encontrarme otra vez aquí,  en la esta casa en la que todos los recuerdos son malos
   Atrás de el llego Samanta, mientras caminaba le decía que no se fuera… hasta que también me vio. Puso la misma expresión que Sebastián hace dos segundos, pero había algo diferente: rencor y casi odio
   Siguió con sus suplicas pero esta vez en el oído de el así que yo no escuche nada. De todas maneras regrese mi vista a la pantalla—dándole la espalda—y solo contemple que con su mismo paso firme se marchaba de la casa y Samanta tras el
-          ¿Van a terminar?
-          Pues si lo hace, Samanta no será la responsable
   Arquee las cejas
-          ¿Cómo dices?
-          He visto tantos hombres cruzar por esa puerta, todos novios o pretendientes de mi hermana. Los he visto salir a todos bateados por ella misma pero ese, el Sebastián… es distinto con él. Casi estoy seguro de que Samanta si lo quiere, y bien
-          ¿Por qué discuten?
-          Por lo que he escuchado… creo que por una “ella”
   Casi me atragantaba con la bebida que tenía en la boca.
-          Encerioo—dije como despistada, desinteresada mientras cambiaba de juego, el de robots por uno de Mario Bross
   Ya no seguimos con la plática, ya no hice más preguntas. Ya no quería saber las respuestas
   ¿Por una “ella”? ¿Sebastián pensaba en otra?
   De seguro no soy yo… y de esa manera quedo arruinada el resto de mi noche




   Al siguiente día, en un lindo y fresco sábado… el día era perfecto.
   Lorena y Sara no estaban y Ignacio dormido por trabajar toda la noche. Adoraba la soledad, aunque a veces no me gustaba admitirlo estar sola era una de las pocas cosas que disfruto de verdad.
   En la cocina, me preparaba mi comida y mientras esperaba a que se calentara en el microondas alguien toco a la puerta
   Me sorprendió mucho la persona que se encontraba afuera de mi casa
-          ¿Qué haces aquí?
-          Es que vine a casa de Sebastián, MI NOVIO—acentuó de mas—y como en un rato regresa… pensé en venir a visitarte
   En cuanto termino de hablar comencé a cerrar la puerta sin decir nada pero ella la detuvo; mostrando su french recién hecho
-          ¿Qué haces aquí?—repetí, ahora de otra manera
-          Quiero aclararte que el hombre que vive a tu lado es mío, no tuyo. Es mi hombre, mi novio y quiero que te mantengas alejado de el, ¿comprendiste?
-          Si jefa. ¿Algo más?
-          No estés bromeando conmigo, estúpida
-          Tú no eres nadie para insultarme en mi casa, lárgate perra asquerosa
   Me fulmino con la mirada
-          Tu ayer estuviste en mi casa así que no te quejes.
-          No lo hago cuando Lorena te invita
-          Ya te dije, mantente alejada de Sebastián. Aprende a respetar hombres ajenos—me recorrió de pies a cabeza con la mirada.
   Y ahora si le cerré la puerta en la cara
   ¿Aprende a respetar hombres ajenos? ¿Qué me alejara de el? Sebastián y yo nunca habíamos estado tan alejados uno del otro. Tal vez no físicamente pero al menos si psicológica, mentalmente—como se diga y como lo quiera ver ella—y era de verdad cien veces peor…
   Nunca habíamos estado tan alejados por ella y todavía tenía el descaro de decirme que no me quería cerca de el
   Mientras comía sola—sin prestarle atención a la televisión—decenas de preguntas venían a mi cabeza sin respuestas
   Durante toda la semana espere esta noche.
   Eduardo, el hermano de Edith, me invito al Estadio de Beisbol de la cuidad donde se iba a dar un show de carros mounstros
   Toda mi vida he querido ir a uno y casi me moría de satisfacción cuando me invita, el junto con un grupo de amigos. Edith no iba a ir, pues esas cosas no eran lo suyo.
   Así que ya caída la noche, y vestida para la ocasión—una ombliguera negra del grupo AC/DC, un pantalón azul de mezclilla con unas botas largas negras. Mi pelo se encontraba en una cebolla donde mostraba mis perforaciones de la oreja.
   No tardaba en llegar Eduardo, así que salí a esperarlo ya que yo me iría en mi coche detrás del suyo.
   La noche llego más rápido de lo que esperaba y el cielo estaba a obscuras.
   De la casa vecina salió el muchacho de ojos verdes con una bolsa de basura en su mano, llevándolo a bote; como siempre. Sin voltearme a ver paso delante mío y escuche como dejaba las bolsas en el contenedor de basura.
   Sabía que me haría un comentario y no me equivoque cuando escuche su voz
-          Bonita blusa
   Me entro un coraje cuando voltee a verlo y él se encontraba mirándome de arriba abajo con una ceja levantada y mirada desaprobatoria.
-          Gracias—dije irritada—esta bonita ¿no?
   Entorno los ojos
-          ¿Qué te molesta?—pregunte, fingiendo tono de preocupación
-          ¿Por qué aceptaste esa invitación?—soltó, acercándose a mí y mirándome a los ojos. No pude evitar acordarme de Samanta
   Su mirada pesaba y no me hice para atrás. Al contrario me acerque más y hundí mis ojos en los suyos.
-          Por razones que no te deben de importar. Eduardo me gusta, para tu información
   Fingió una carcajada. En realidad no mentía, el siempre me daba un no sé que desde que lo conocí pero no era importante
-          Si Carolina, lo amas—se burlo. No me gusto para nada su tono sarcástico
-          Tanto como tu amas a Samanta, si—se la regrese. Frunció el ceño
-          E notado que el esta encaprichado contigo, solo te quiere para pasar el rato. Entiéndelo—separo la última palabra, como si se la estuviera diciendo a un niño
   Eduardo no era de esos, lo conocía más que él y de todas maneras ese no era el punto. Eduardo no me invito para eso y yo tampoco acepte para eso. Sebastián estaba malinterpretando todo
-          ¡Y ese no es tu problema! ¿¡O lo es Sebastián!?
   Le grite dando un paso adelante
   Nos quedamos callados. Mirándonos enojados
-          Si—pronuncio firme y lento—Lo es, porque eres mi amiga y porque te quiero
   Ahora fui yo la que fingió una carcajada
-          ¡Ahora resulta!—me burle—Hace un me era una gata dejada y ahora soy tu amiga amada
   Me miro aun mas enojado
-          ¿Sabes que día es mañana?—solté
   Su mirada cambio a la confusión
   Yo sabía que mañana—día 15 del mes—cumplía tres meses con su novia. Se le paso por la cabeza pero el sabia que a eso yo no me refería
   Se quedo callado
-          Mañana… se cumple un año de que tu regresaste
   Miro para otra parte. Todo el enojo se fue de sus ojos y ahora entraba otro sentimiento
-          Claro que recuerdo
   Suspiro
-          Escucha—me toco el hombro
   Me hice para atrás inmediatamente. No me gusta que me tocara y odiaba la razón
-          Olvídalo Sebastián—mire para la calle, casi dándole la espalda
   No sé como lo hizo, ni siquiera me di cuenta, pero de pronto el tenia las llaves de mi carro en sus manos
-          ¡Hey! ¡Qué haces!—trate de quitárselas
   Lo intente como 10 veces mientras lo maldecía, diciéndole que no tenía derecho, pero él no decía ni palabra
-          ¿Por qué haces esto?—dije rindiéndome
-          No quiero que vayas, no es seguro hay
   Bufe
-          Me dices a mí que un lugar no es seguro para mí. ¡Regrésame mis llaves?
   El saco la llave de mi casa y mi habitación del llavero
-          Para que no te quedes afuera—agarro mi mano, y al ponerlas sobre la palma de esta la cerró. Mantuvimos las manos juntas por cinco segundos mas
   Hasta que se la solté enfadada
   Ya ni sabía que decirle, si gritarle y seguirlo maldiciendo o quedarme callada, o alejarme… aunque alejarme era lo último que quería
-          No es justo, son mis llaves
-          Lo siento
-          ¡Lárgate!—dije en un impulso
   El se cruzo de brazos en su lugar, sin moverse
   Al minuto llego la camioneta. Sin mirar a Sebastián camine a ella
   Note que había tres muchachas en la caja de la camioneta que con la mirada se comían a Sebastián. Una le guiño el ojo
   Sentí una enorme curiosidad por voltear a ver su expresión, pero me lo impedí. No quería que viera mis celos tatuados en mi cara
-          No podre llevar mi carro, ¿tienes espacio aquí?
-          Claro, sube
   Lo deje enfrente de mi casa, con los ojos enfadados y tristes, y con un presentimiento—mal o bueno—sobre mañana. 



SIGANME EN INSTAGRAM PORFAVOR: ESTEFANIAA77 HEHE SOY NUEVA EN ESTO, THANKS:)

2 comentarios:

  1. Mee encantooo el capitulo n.n
    Publica pronto, besos.

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  2. Este capitulo es simplemente genial *-* ojala las cosas entre ellos 2 se arreglen y se den cuenta que se han comportado como un par de estupidos.
    publica pronto que ya me quiero leer que pasara.
    besos.
    Isis.

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