miércoles, 22 de agosto de 2012

Capitulo 30: Te confieso


   
No sabía qué hacer. No sabía a dónde ir… Sobre todo no sabía que pensar.
   Estaba perdida, mientras miles de pensamientos me pasaban por la cabeza
   ¿Por qué hui del lugar? Si había esperado tanto ese momento aunque no lo sabía, aunque deseaba tanto ese beso en mi subconsciente, ¿Por qué? Era como si nunca hubiera besado.
   Nunca había sentido esa sensación al tocar los labios de otro. Una experiencia completamente nueva que despertaba maravillas en mí… y yo escape de eso
   Mi celular no dejaba de sonar al recibir mensajes y llamadas de mi mejor amigo—que aunque ya no manteníamos la misma distancia nunca dejo de hacerlo—pidiéndome que regresara
   ¿Realmente quería regresar con él? ¿A hablar? De acuerdo… ¿Y decirle que?
   ¿Perdón por haberte besado? ¿Perdón por sentir por ti esto? O mejor, ¿Perdón por entrar a tu habitación y pegar mis labios a los tuyos mientras dormías?
    Después de esos pensamientos vinieron unos muchísimo peores
   ¿Qué pensara él? ¿Cómo se lo habrá tomado? Me regreso el beso… ¿Por qué? ¿Sera por la emoción del momento? ¿O por algo más?
   Las mariposas en mí estomago no se hicieron esperar cuando los peores pensamientos llegaron: los recuerdos del momento
   Sus manos en mi cintura y recorriendo mi espalda, sus manos tomando mi rostro, sus labios mordiendo los míos, sus ojos derritiéndome.
   Quisiera poder arrepentirme de todo lo ocurrido pero la verdad es que no, por nada del mundo cambiaria esos segundos donde mi felicidad fue completa.
   No pude evitar sonreír, y ya no pude dejar de hacerlo.
   Me encontraba en una plaza comercial algo lejos de la casa que solo había visitado un par de veces, hace mucho tiempo.
   El mundo se me cerró, no sabía a dónde ir pero algo si sabía, no quería estar sola. Y entre al lugar equivocado. Al ser domingo estaba más lleno que nunca con familias y parejas destacando, paseándose felices.
   Si, estaba rodeada de gente y eso acentuaba mi soledad. Aunque me gustaba bastante estar sola a veces solo me lastimaba mas, y este era uno de esos momentos.
   Camine hasta recorrer toda la plaza como cinco veces y no quería sentarme porque bien sabía que si lo hacia mi cabeza pensaría más cosas, cosas que no estaba lista para pensar.
   Por el momento no quería hablar con Sebastián pero sabía que algún día tenía que hacerlo… ¿verdad? Digo podría largarme ahorita a un hotel barato y pasar la semana, tenía el dinero suficiente en mi coche y no tenía a nadie que avisar para que no se preocupara por mi…
   ¡No, no, no, no, no! ¡¿Cómo puedes ser tan cobarde?!
   ¡Cállate!
   ¡Tu causaste esto ahora soluciónalo! Dejarlo así no arreglara nada
   A veces odiaba estar en mi cabeza.
   ¡Maldición! Mañana tenia clase de valores… podía saltármela.
   No tiene sentido de todas maneras, algún día tendré que topármelo y mejor ahora que las cosas estaban frescas
   Lo dejare todo a la suerte. Y está claro que no tengo ninguna
                  Al siguiente día me senté en la sala
       Paso Lorena sin siquiera voltearme a ver, paso lo mismo con Sara.
   De todos, el que más notaba mi presencia era Ignacio. El algunas veces hasta parecía preocuparse por mí.
   Las horas pasaban y cuando el descanso llego—una hora antes de clase de valores—me empañiqué. No lo había visto a él, y estaba a punto de rajarme pero cuando la campana toco… sabía que tenía que entrar.
   Llegue tarde así que cuando entre todo mundo estaba en su lugar. No lo voltee a ver y me senté alado suyo. Su aroma me llego y rogué para mantenerme fuerte y no verlo
   A mitad de clase sentí como trato de agarrar mi mano pero yo la quite lentamente ¿Por qué lo rechazaba de esta manera?
   Sera acaso porque me insulto, tiene una relación, y debo agregar que con una persona que causo muchos destrozos en mi vida, que me cambio por ella, que dejo de hablarme, que me alejo de él literalmente.
   Lo mire con todo el resentimiento en la cara, pero al momento en que el me regreso la mirada y aparte me sonrió tuve que girar mi cabeza para evitar que viera como me derretía, evitaba sonreír como tonta y me sonrojaba.
   Toco la campana y casi era la primera en salir. Me agarro la mano, deteniéndome
-          Suéltame—susurre
   Lo hizo al instante. Sin mirarlo dos veces salí del salón donde no me detuvo o mire para atrás, no hasta que llegue al baño. Ridículamente pensé que era el único lugar donde el no me podía alcanzar.
   ¡Qué cobarde soy! Pero tenía una muy buena excusa… nunca antes me había enfrentado a este problema o sentimiento; problema por ahora.
   El baño estaba lleno y por suerte pude despejarme al hablar con otras chicas pero en cuanto sonó la campaña comenzó a vaciarse lento. No quería entrar a clases.
   Ya completamente sola en el baño me puse enfrente del espejo. Hoy tenía una imagen algo descuidada: mi pelo lo tenía sujeto en una coleta alta, que hacía que mi pelo callera como cascada con pequeños rizos. Pero no era el chongo, era que estaba algo despeinada y no tenía absolutamente nada de maquillaje, ni una gota.
   Me eche agua en la cara para despejarme y porque no, respirar profundo y olvidarme de mis preocupaciones por al menos los 40 minutos que duraba una clase y continuar con las otras.
   La puerta se abrió y yo abrí los ojos por la sorpresa. Me hice para atrás
-          No puedes estar aquí
-          Si puedo, pero no debo—me contesto Sebastián
   Cerró la puerta y puso el cerrojo. Me le quede viendo con el ceño fruncido
-          Para que ya no escapes, como lo has hecho todo el tiempo desde ayer
   Cerré los ojos
-          Ya no mas
   Nos quedamos en silencio mientras él me contemplaba a mí y yo al suelo
-          ¿Por qué te fuiste cuando estábamos juntos ayer?
   Por estúpida
-          Perdóname—murmure
-          Pero porque
-          Por haber entrado de esa manera en tu casa, por haberme acercado tanto así…
   Mientras hablaba él se acercaba cada vez mas. Genial
   Se puso enfrentito mío, muy cerquitas pero yo seguía viendo el suelo
   Puso un dedo debajo de mi barbilla y me hizo mirarlo a los ojos
-          ¿Tanto como así?
   Puse resistencia y voltee la cara haciendo que me soltara
-          No debí hacerlo
-          ¿Te arrepientes?
   Me atreví a mirarlo
-          ¿Y tú?
-          ¿Por qué te comportas así conmigo? ¿Tan fría y distante? Y no hablo desde hoy por lo ocurrido ayer, si no desde hace semanas
-          Tu bien sabes porque, no tienes porque preguntarme
-          Lo dices por lo ocurrido con Alex y no sé de qué manera Samanta se vio involucrada en el asunto
-          ¡Y no solo eso! ¡Es que no lo entiendes!—murmure, queriendo gritar— ¡Al parecer tendremos la charla que debimos haber tenido hace tres meses!
   Se quedo callado, esperando a que yo hablara y le diera razones
-          Me abandonaste y cuando más te necesitaba con todo este problema de los chicos buscando a Roberto, dejaste de hablarme, de alegrarme cuando la situación en mi casa era insoportable. Me cambiaste—enfatice—completamente, ¡por ella! Sabiendo que es una de las razones por la cual tengo demasiadas cicatrices en mi cuerpo pero eso es lo de menos, porque tu no elegiste fijarte en ella, es lo único en lo que comprendo si se podía llamar así. Me insultaste por defenderla, porque no solo basto que en si la hayas defendido. Tuviste que herirme para hacerlo. Me tachaste de lo que no soy por lo que Alex pretendía hacer y yo no tenía la culpa y me echaste en cara a todos los hombres que conozco sin razón alguna. ¡Te parece poco!
-          Tu solo lo ves como quieres. Te entiendo pero ahora tu entiéndeme a mi
-          ¡¿Y que se supone que debo entender?!
-          ¿Cómo es que no lo viste antes? Eres más lista que yo, Carolina…
   Calle, ahora era su turno de echarme barras para su forma de comportarse
-          Lo sospechaba desde hace mucho tiempo pero era imposible; quiero decir… yo te consideraba como mi hermana casi y de pronto ya no era así. Te veía como mujer
-          No entiendo—susurre
-          ¡Es que no lo ves! No te cambie, yo estaba al pendiente de ti como siempre, aunque ya no podía consultare o abrazarte o hablarte porque me entraba una duda enorme y una emoción en el estomago. Samanta no me prohibía nunca no hablar contigo; fue una decisión que tome yo. Porque sentía que era incorrecto sentir más cosas por una mujer que por tu propia novia.
   “Y sí te insulte, y te pedí perdón y lo vuelvo a hacer ahorita aunque nunca va a ser suficiente. Pero es que los celos me estaban matando en ese momento. Al imaginar las manos de Alex sobre las tuyas aunque no de la manera en que debía. Al recordar todos esos muchachos que te desean, las miradas de deseo que te dan en las fiestas, a ese maldito Lucas besándote en aquella fiesta como si fueras de él, las veces en que varios hombres se atrevieron a robarte besos… todas esas escenas se vinieron a mi cabeza en ese instante y yo estalle de puros celos, Carolina. Debo confesar que solo quería que sintieras un poquito de sufrimiento que yo sentía. Todo empeoro después que me di cuenta que solo logre herirte de mas y alejarte horriblemente de mi. Pero es que yo estaba tan cegado—bufo—jamás olvidare el momento en que te vi  en brazos de otro tipejo estúpido, tocándote el día de tu fiesta. La emoción que me embargaba cada vez que te veía. Mas fuerte era el sentimiento de solo verte que el que sentía cuando Samanta me besaba.
   “Pero me di cuenta de todo esto cuando nos besamos—se iba acercando cada vez mas hasta que me acorralo en una pared—Eso basto para quitarme la ceguera que tenia y darme cuenta de algo…
-          ¿De  qué?—articule
          No podía ni hablar. Estaba con la garganta seca, el pulso a mil por hora, las mariposas de mi estomago se multiplicaron por diez y sentía que en cualquier momento me iba a desmayar de emociones
   Me agarro la cara con las dos manos
-          Me enamore de ti—me acaricio la mejilla con el pulgar—Mi Cari
   Esto no está pasando... Tiene que ser mentira.
   Pego su frente con la mía. Abriendo su boca, saboreando el momento. El tenía los ojos cerrados mientras lo contemplaba. Mis manos estaban a mis costados y un deseo enorme de rodearlo me entro.
   Sin pensar lo hice. Puse mis brazos entorno a su cuello y el sonrió levemente. Quito una de sus manos de mi rostro y la puso en mi espalda solo para rematar el espacio que quedaba entre nosotros.
   Me beso la puntita de la nariz
   Nuestros labios estaban a un par de centímetros de distancia, podía sentir su aliento rozándome las mejillas
-          Tienes novia—susurre
-          Ya no más. Terminamos ayer
   Me aleje un poco
-          ¿Por qué?
-          ¿Todavía querías que estuviera con ella, engañándola más, después de descubrir todos mis verdaderos sentimientos?
   Me quede callada, y volví a mirar al suelo
   Recordé el día cuando ella fue a mi casa a gritarme que me alejara de él. Después de todo estoy comprendiendo que casi me estaba rogando que no se lo quitara. Sentí pena por ella en estos momentos pero Sebastián tenía razón.
-          No sé qué decirte—seguía susurrando
-          Que me perdonas—su voz era de suplica
-          Lo siento
   Me zafe de él y me dirigí a la puerta y mientras quitaba el seguro el puso un brazo en la puerta. Me acaricio la mejilla con su dedo
-          Te vez realmente hermosa con ese maquillaje
-          Pero no traigo nada—dije confundida
-          Exacto—me guiño un ojo y salió del baño

4 comentarios:

  1. AWWW ACABO DE DESCUBRIRTE Y ME HA ENCANTADO TU HISTORIA SIGUE ASI :D AKI TIENES UNA NUEVA SEGUIDORA

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  2. AWWWW ME ENCANTAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!!!!
    POOORFAVOOR CAPIIITULOOOOOOOOO 31 YAAAAAAAAAAAAAAAAA!!! :D

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  3. Hola! Soy del blog de Entre las sombras y decirte que desde hace mucho que sigo tu blog, y también seguidora tuya.
    Espero que publiques pronto el siguiente capítulo :)
    Un besoo!

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  4. Es que no piensas subir ningún capítulo más? Yo no soporto estar sin capís;(

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