-Siento no haber
venido antes, perdóneme
Entre a la casa de Doña Piedad, mientras
dejaba en la mesa lo que prepararía de cenar. Ella, con una sonrisa en la cara
solo me abrazo, diciendo que ella entendía mi falta de tiempo por visitarla a
falta de tiempo que me quedaba con mi novio.
Le avise a Martin y Gustavo que me
encontraba en casa de Doña Piedad para la cena y justo a tiempo llegaron para
servirles. Conversamos todos de manera muy agradable, Sebastián no me acompaño
por estar con Borjas y me agrado mas venir sola, necesitaba tiempo con ellos y
solo con ellos.
Ahora, Roberto salía más seguido en las
conversaciones que antes, ahora que yo ya sabía toda la verdad.
-Se me olvido
decirles chicos, Sara me corrió de la casa
Doña Piedad frunció el ceño con preocupación
y su cara mostraba horror mientras que Martin y Gustavo comenzaron a maldecir a
mi madre, lo cual no me molesto. Cuando los dos se calmaron explique:
-Me vio mover mis
cosas a casa de Sebastián, dijo que no era un motel y pues, simplemente no me
quiere viviendo ahí así que ya camine—me encogí de hombros
-Pues tienes esta
casa, hija—dijo Doña Piedad
-Y la mía, mama te
recibiría encantada—hablo Martin y Gustavo igual me ofreció la suya
Les sonreí
-Gracias, si lo
pensare. Sebastián me prometió que me ayudaría a buscar un lugar donde dormir
pero pues tengo en una universidad que pensar. Tal vez hasta ya no entre a
ninguna por tener que pagar renta
-No tienes esa
necesidad, te acaban de ofrecer tres casas—se rio Gustavo
-Hasta Roberto te
puede mandar dinero para la universidad
Bufe
-No necesito
molestarlo con mis problemas—le di un trago a mi bebida
-Todo lo contrario,
es mas hasta te podría ofrecer irte con el
Casi me atragantaba con la comida. ¡Vivir
con Roberto! ¿¡Verlo de nuevo!? ¡Dios, nada me alegraría más!
-¿Lo dices
enserio?—trate de mantenerme calmada
Doña Piedad miro a Gustavo, y este le regreso
la mirada
-Es algo que ya
habíamos comentado, algo que igual Roberto a estado pensando.
-¿Qué es lo que han
estado pensando?—casi sonaba histérica
-Que tu y Doña
Piedad se fueran a Brasil con el
Al día siguiente me dirigí temprano a casa
de Gustavo. Bueno, no tanto una casa, mas como un gran cuarto, donde solo hay
espacio para una cama, el baño y una pequeña cocina, pero Gustavo era muy feliz
ahí. Se encontraba a solo unas cuantas calles de casa de Doña Piedad, así que
estaba más que perfecto.
Esta vez llevaba a Sebastián conmigo,
caminamos juntos hasta la puerta donde Gustavo nos esperaba con un teléfono en
mano. Me encontraba muy nerviosa por alguna razón. No acostumbraba a hablar del
futuro ni a planearlo de esta manera, menos con un hombre que creí muerto por
más de dos años.
Los dos salieron para darme privacidad y yo
camine hasta la esquina más alejada para ponerme el teléfono en la oreja
-¿Roberto?
-Hola,
princesa—nunca me cansaría de aquella voz llena de vida— ¿Cómo estás?
-Pues confundida,
me están diciendo que es posible irme a vivir contigo
Roberto rio entre dientes desde el otro lado
de la línea, desde el otro lado del continente
-Casi te puedo
imaginar con ese puchero con la boca—hizo una pausa— ¿Te gustaría?
-¡Por supuesto!—dije
como si no hubiera cosa más obvia
-Hay mucha
esperanza en tu voz, Carolina. ¿Por qué?
-Sara me corrió de
la casa hace una menos de una semana, no tengo ni el dinero suficiente para ir
a una universidad, menos para la renta de un lugar. Aparte, largarme de aquí
seria una fantasía hecha realidad, más si es contigo
-¿Qué hay de
Sebastián?
-El se irá a
España, ¿recuerdas?—baje la voz y no porque él estuviera afuera
-Cierto, lo
siento—se escuchaba culpable
Bufe
-Esa es otra razón
para querer irme, no necesito un lugar donde los recuerdos me perseguirán.
-¿Estás segura
entonces?
Suspire
-No podría estarlo
más, Roberto. No seré mucha molestia y sabes que puedo mantenerme yo sola—me
apresure a decir
-Nada de eso—percibí
una sonrisa en su voz—todos los gastos déjamelos a mí. Les conseguiré a ti y a
mama el mejor departamento que podrían tener. Eso sí, tendrás mucha seguridad aunque
todo ya está tranquilo
-La que me quieras
poner—comencé a reír
-Tendrás que
aprender a hablar este idioma para entrar a una universidad, que yo pagare por
supuesto
-No había pensado en eso—susurre—Pero aprendo
rápido. ¿Desde cuándo pensaron en esto?
-Martin fue el de
la idea, hace poco tiempo en realidad. Fue una idea que pensé mucho y me
agradaba que hasta se la comente a Gustavo. A este igual le agrado y ayer me
llamo para decirme que no tenias donde vivir. Me encantaría tenerlas a ustedes
dos conmigo
-A mi también—sonreí
de oreja a oreja
-Entonces no hay
tiempo que perder, ¿Cuándo quieres volar para acá?
-Dame un mes una
semana—era aproximadamente el tiempo que me quedaba con Sebastián
-Perfecto, hasta me
sobra tiempo para arreglar todos los papeles. Yo me encargo de todo, Carolina,
hasta de la universidad
-Muchas
gracias—dije en medio de un suspiro de alivio—De verdad
Íbamos en el carro de regreso a la casa,
Sebastián manejando. Después de hablar con Gustavo acerca de la decisión ya
tomada fuimos con Doña Piedad que se mostro muy contenta. No habíamos hablado
en todo el camino y ya casi llegábamos
Cuando
por fin nos estacionamos en el porche de la casa, Sebastián se volteo
completamente a verme
-Háblame, Cari.
Desde que ayer me dieron la noticia de la
posible oportunidad de irme a vivir con Roberto, volteando todos mis
insignificantes planes de cabeza. Llegando a casa del barrio me encontré a mi
novio y a Borjas tranquilos fumando y tomando mientras hablaban. Salude sin
entusiasmo a Borjas para subir y recostarme en la cama. Solo le dije a
Sebastián lo único que sabía y trate de evitarlo el resto de la noche
No era que no quería hablar, o hablar con él;
estaba en estado de casi shock. Mi vida dio un giro de trescientos sesenta grados
de una noche a la otra. Un país a otro, un estilo de vida a otro. Sin Sebastián,
todo lo que va a pasar será sin él.
El tampoco forzó las cosas, dejo a mi mente
pensar tranquilamente y en la noche igual me dio mi espacio en la cama.
Lo voltee a ver, su rostro está inundado en
preocupación. ¿Preocupación? No, no tiene por qué estarlo. Suavemente puse mi
mano en su mejilla e inclino su cabeza a mi tacto
-¿Cómo te sientes?
Suspire pesadamente
-Me dijo que él arreglaría
todo, que no me preocupara, que él se encargará hasta de mis estudios de
universidad
No solo era que me mudaría a otro país, también
era que de la noche a la mañana mis problemas más pesados también se
solucionaron. Desde ¿qué hare cuando Sebastián se vaya? , hasta ¿en donde
viviré?, ¿cómo pagare mi mantenimiento? y ¿si iría a la universidad o no? Todo
solucionado, de la noche a la mañana. Solo por un comentario que hice ayer, de
que me corrieron de mi casa
-Sigo sin poder
creer todo esto—susurre—Es tan... todo esto es muy abrumador, repentino
-Me imagino—corrió
sus dedos por las puntas de mi cabello
-Y no es solo que
volveré a ver a Roberto después no verlo y creer que estaba muerto por años, es
vivir con él. Demasiado por procesar y…
No supe como continuar, mi mente era un
remolino. Tome aire, y exhale ruidosamente.
-No quiero entrar a
la casa—murmure
Sin decir palabra, Sebastián arranco el
motor del coche y avanzo.
Pasaron tres días desde entonces, y hoy era
el día. Ese día
El primer día en el que ya había asimilado
que me iría a Brasil, donde aprendí a hacer un pastel. Bueno, la mayoría lo
hizo Sebastián, yo solo batí la mezcla y me dedique a tentarlo y sacarme la
ropa para terminar haciendo el amor en el piso de la cocina cuando metió la
mezcla al horno.
Por consecuencia, una esquina del pequeño
pastel salió quemada.
El segundo día, donde tuve que buscar en
casa de mis padres mis papeles oficiales—pedidos por Roberto—, donde me
encontré a Lorena que no había notado mi ausencia. No me sorprendió, solo había
pasado un poco menos de dos semanas viviendo fuera de ahí.
Y finalmente, el tercer día, el que estaba
esperando con ningunas ansias, ese día en el que acorde ver a mi madre para
hablar. Nos veríamos en el que creía yo, era su restaurante favorito, cerca de la
colonia.
Enfrente del closet casi vacío—donde estaba la
poca ropa que tenía en esta casa—me encontraba yo con las manos en el pelo
todavía mojado después de la ducha, desesperada. Sentía que nada era la ropa
adecuada, y me desesperaba tener que pensar en mi atuendo, como si eso fuera
muy importante.
Mi novio entro a la habitación muy sacado de
la pena y eso me hizo sacarme más de quicio.
-¿Qué te
pasa?—hasta su tono era relajado
Me voltee rápidamente, con los ojos
entrecerrados. Sebastián me observo y ladeo la cabeza, procesando mi expresión.
Se acerco lentamente y poso sus manos en mis hombros
-Estas demasiado
tensa—comentó
-No me digas—dije
brusca
Comenzó
a masajearme los hombros. Sonrío
-Y rabiosa—agrego
con la misma sonrisa
Me lleve las manos a la cara
-Perdón, perdón—susurre—Pero
estoy muy ansiosa
Me quito las manos del rostro
-¿Cuál es el
problema?—pregunto dulce
Fue en ese segundo donde me di cuenta que el
problema no era problema, o si lo era, uno muy ridículo. Me mordí el labio, con
mi humor ya mejorado
-No sé qué ropa
ponerme—dije avergonzada.
Sebastián tuvo que contener una carcajada
hasta que la risa se le escapo mientras retrocedía para seguirse riendo. Hasta
que yo cedí a la risa también. Me volvía llevar mis manos a la cara para
ocultar mi sonrisa. Él se quería partir en dos por lo gracioso que le
parecieron mis palabras.
-Ya, ya—se calmo un
poco—Wow, que gran problema tienes contigo—se burlo—Pero vamos a solucionarlo.
Hice un puchero con la boca
-Mejor síguete
riendo y haber quien duerme contigo esta noche—le levante una ceja
En un movimiento rápido me agarro de la
cintura y me levanto del suelo. Empecé a gritar entre risas en forma de protesta,
diciéndole que me bajara, sacudiendo los pies al aire. Toda mi ansiedad y la
preocupación abandono mi cuerpo—la risa remplazándolo.
-Como quiera me
escabullirle a tu lado en las noches,
así que amenázame todo lo que quieras
Me bajo de espaldas a la cama—nada
delicadamente—y comenzó a hacerme cosquillas con la boca en el estomago
-¡Sebastián! ¡Para,
ya!—dije entre jadeos y risas. Las carcajadas eran muchas y me estaba quedando
sin aire
De pronto lo desee. Quería que su boca se dirigiera
a la mía, quería todo de un momento a otro
-Para—dije más
seria
Levanto la cabeza de mi vientre y me sonrió
de oreja a oreja
-¿Ya no estás
tensa?—se recargo sobre su hombro
-No—puse mi mano en
su cabello—Gracias—articule
Me di cuenta que todo eso fue para hacerme
sentir mejor, lo cual funciono. Como todo lo que él hace
-Y cuéntame, ¿Por
qué estas tan nerviosa?
Me encogí de hombros. Me moví de donde
estaba y me senté en el suelo, recargándome en una pata de la cama. El me imito
pero una vez acomodado me susurro un “ven aquí” y me acomodo en su regazo
-Creo que tengo
miedo a lo que me pueda decir. Aunque ya me preparé para lo peor.
-¿Y qué es lo peor?—hablo
mientras puso un mechón de mi pelo detrás de mi oreja y puso un dedo debajo de
mi barbilla para verlo a los ojos
-Nunca debí de
haber estado en esa familia. De enterarme de cosas que ni siquiera he imaginado
que pasaron. Que Sara me diga que nunca fui amada bajo ese techo
-Si eres amada—dijo
con dulzura
Sonreí con tristeza y lo rodee con los
brazos. Acomode mi cabeza en la base de su cuello, él me correspondió el gesto
y me dio un beso en la frente
-No quiero
ir—suspire—Pero me arrepentiré tanto si no lo hago
-Eso es verdad,
aparte tienes que decirle a tu madre que te irás. Con o sin preguntas sobre el
pasado tienen algunos cabos que atar
No me había dado cuenta hasta ahora que baje
la mirada, que estaba sin camisa. Me le quede viendo a su cuerpo semi-desnudo y
de verdad desee no tener que irme. Levante de nuevo mi cabeza y moría por
besarlo pero sabía que si lo hacía no había marcha atrás. Abrió sus labios
carnosos y supe que estaba pensando igual que yo
-No deberíamos,
¿verdad?—murmure
Negó con la cabeza
-Pero como me
gustaría
Holaaa! muy buen capitulo n.n
ResponderEliminarQueria invitarte a que te pasaras por mi nuevo blog :D http://cuentosdeamorlocuraymuerte.blogspot.com.ar/
Graciaaas! publica pronto.
ME ENCANTOOOO!!!!! hace mucho leí tu historia y me encanto y desde ese momento no dejo de mirar si haz subido capi y ayer cuando vi que subiste me emocione me gusto mucho el capitulo
ResponderEliminarsolo espero que las cosas se solucionen y que no les duela mucho la partida